lunes, 29 de octubre de 2012

Familia petenera se adjudicó Q121 millones en concursos simulados

Nacieron en Chiquimula, crecieron en Izabal y Petén y al final de la década pasada ya eran uno de los grupos de poder más importantes del Norte y Oriente del país. José Rodolfo Guerra Díaz y sus hijos Gabriel y Wilder Guerra Villeda se han posicionado como uno de los máximos beneficiarios de contratos de obra pública.

Hasta la pasada semana, los Guerra y las 14 constructoras vinculadas a ellos habían recibido Q293 millones. La cifra solo es superada por la red de constructoras de los hermanos Otto y Guillermo Samayoa Soria.

De los Q293 millones adjudicados a los Guerra, Q150 millones fueron obtenidos sin necesidad de competir con ninguna otra empresa. Ganaron Q121 millones en concursos en los que utilizaron a constructoras próximas a su familia para simular competencia. Además recibieron otros Q30 millones en licitaciones en las que ellos fueron los únicos oferentes.

Hasta la llegada al poder del Partido Patriota (PP), los Guerra prosperaron gracias a una estrategia de hormiga: obtener muchos contratos de municipalidades y Consejos de Desarrollo, de montos reducidos. Ahora acaparan las obras medianas que ha otorgado el Ministerio de Comunicaciones Infraestructura y Vivienda (Civ), como los dragados o los mantenimientos de carreteras. En 2012 obtuvieron Q189 millones del Gobierno central y Q104 millones de 11 municipalidades de Petén.

Los Guerra pasaron de ser un poder local ligado a un departamento, a un grupo económico emergente con proyección nacional. La familia, al igual que los hermanos Samayoa Soria, tiene vínculos con los partidos políticos y opera por medio de redes de empresas inscritas a nombre de sus empleados. Pero suman otro elemento: son socios de uno de los administradores de Byron Berganza, un chiquimulteco condenado por narcotráfico en Estados Unidos.

Durante una semana, elPeriódico se comunicó con varias empresas de la familia para entrevistar a sus integrantes. Al cierre de esta edición, no fue posible hablar con ellos.

LOS GUERRA Y LOS BERGANZA

El origen de la familia Guerra se sitúa en Camotán, Chiquimula, pero las empresas de Rodolfo Guerra y sus hijos Gabriel y Wilder están situadas en los municipios de Santa Elena, San Benito y Sayaxché, en Petén.

Una de sus sociedades más importantes es Monte Alto, la cual fue constituida en 2007 por los accionistas Gabriel Guerra Villeda y Nasser Youssef Nasser Sanabria, esposo de Jennimary Berganza Roque, hija de Byron Berganza Espina. Este último, originario de Ipala, fue condenado por una corte de Estados Unidos en 2008 a 22 años de prisión por narcotráfico.

Nasser fue administrador de media docena de sociedades creadas por Byron Berganza y su esposa Rosa Margarita Roque. De una de estas sociedades, Internacional del Pacífico, fue administrador Juan José Mejía, actual alcalde de Gualán, Zacapa, de la Gran Alianza Nacional.En tres de las empresas de los Berganza figura Luis Fernando Cordón Orellana, excandidato a alcalde de Gualán por el PP en las últimas elecciones. Cordón Orellana es gerente para Chiquimula del Instituto de Fomento Municipal (Infom).

El Infom le otorgó en abril a Constructora del Atlántico, una empresa de Gabriel Guerra Villeda, un contrato por Q44 millones para la ejecución de 39 proyectos de introducción de agua en aldeas de Chiquimula. En el concurso participaron 12 empresas, pero las 4 que presentaron ofertas más bajas que Constructora del Atlántico –y ninguna más– fueron descalificadas por incumplir con los requisitos de la licitación.

PERSEGUIDOS POR LA SAT

El informe Grupos de Poder en Petén, elaborado para el centro de investigaciones estadounidense Insight Crime, indicaba que los Guerra apoyaron al PP durante la pasada campaña electoral. Cierta o no la afirmación, hay algunas evidencias que apuntan en esa vía. Jorge Mario Hurtarte, director de obras de Constructora Petén, propiedad de Rodolfo Guerra, fue candidato a diputado por el Listado Nacional del PP. No logró su curul. Sin embargo, entre febrero y abril Hurtarte fue asesor del ex viceministro del CIV Luis Adrián Ruiz, y actualmente funge como subsecretario de Coordinación Ejecutiva de la Presidencia, entidad a cargo de los Consejos de Desarrollo.

Los Guerra tenían algunas razones para apoyar a los rivales de la alianza oficialista de la Unidad Nacional de la Esperanza y la Gana. En 2010 la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) denunció a Rodolfo Guerra por la evasión fiscal de Q10 millones. La SAT lo acusa de usar facturas falsas para simular gastos que nunca se realizaron y así pagar menos impuestos. El proceso está en marcha en el Juzgado Quinto Penal de la capital, pero el defensor de Guerra solicitará en la próxima audiencia el traslado del caso a Petén.

Como el juicio no ha concluido, no hubo impedimento para que la Constructora Petén recibiera Q31 millones en contratos públicos este año. En caso de ser condenado su dueño, Rodolfo Guerra, quedaría inhabilitado para ser contratista durante 4 años.

La familia Guerra tuvo algunos problemas con las estructuras de la UNE-Gana durante la campaña. En noviembre de 2011 Rodolfo Guerra denunció al alcalde de San José, Petén, Gustavo Tesucún, y al gobernador del departamento, Rudel Álvarez, por comenzar una obra antes de que fuera adjudicada en concurso. El exgobernador Álvarez aseguró no poder dar detalles sobre el proceso.

Pero estas diferencias no parecen estar destinadas a durar. En 2012, la Municipalidad de Petén que más contratos concedió a los Guerra (Q15.5 millones) es la de San Benito, controlada por el partido Libertad Democrática Renovada (Lider), al que han migrado una parte de las estructuras de la antigua UNE-Gana. Y es que al igual que los Samayoa, los Guerra no tienen una fidelidad política que dure más que una campaña electoral.

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